sábado, 22 de enero de 2011

La importancia de la historia, los testimonios orales(entrevistas) y la actitud del docente.

El estudio de la historia ha sido parte fundamental en la formación de los niños y jóvenes de nuestro país a través del tiempo. La historia nos proporciona un sentido de identidad propia, necesario para tener un punto de partida a través del cual se le otorgue un significado y rumbo a nuestra existencia como individuos y sociedad. Tales motivos justifican el punto de partida para el desarrollo del presente ensayo, en el cual no sólo se pretende fundamentar la importancia de la historia sino mencionar además la trascendencia de la actitud del docente en la enseñanza de la misma.
Conocer la historia nos permite orientarnos y contextualizarnos, comprender los acontecimientos del presente. En este sentido, según el autor Rafael Ramírez Castañeda, “la historia no es otra cosa sino el registro de la experiencia humana y su aprendizaje, cuando se hace bajo una dirección inteligente, es del completo agrado de los niños”. (1966)
De la cita anterior podemos identificar dos asuntos de enorme importancia en la enseñanza de la historia: la dirección de la clase y conducirnos de acuerdo a aquello que resulta del agrado de los niños, es decir, sus intereses.
En la escuela primaria la enseñanza de la historia cobra importancia pues tiene un especial valor formativo como elemento cultural y como factor que contribuye  a la adquisición de valores éticos personales y de convivencia social y a la formación de la identidad nacional, según se menciona en el enfoque del programa de educación primaria.
Ciertamente, la historia le permite al alumno conocer sus raíces, conocer las acciones que han conducido a nuestra sociedad a lo que es en la actualidad, tener conciencia de que todos nuestros actos conllevan ciertos efectos; por tales motivos la historia permitirá al niño valorarla también como una gran maestra.
Varios autores hablan del sentido y la funcionalidad de la historia, de la polémica que puede resultar de sus interpretaciones, del trabajo de los historiadores, etc., sin embargo, es un hecho que  todos reconocemos la importancia de la historia en el ámbito social y que ésta cumple un papel fundamental en la formación de la identidad nacional.
Los testimonios orales son otro medio por el que los niños pueden conocer el pasado. Es muy formativo que los escuchen, porque a partir de su conocimiento pueden comprender que en la historia no sólo participan los grandes hombres, sino también aquellos que estuvieron alejados del poder o de la toma de las grandes decisiones. Les permite identificar la historia con sus antepasados, con los hombres y mujeres de carne y hueso y entenderla como una reconstrucción de hechos que tiene la posibilidad de volver a escribirse o a interpretarse.
Los testimonios orales apoyan el conocimiento de hechos del siglo XX.
Los temas pueden abordar algunos acontecimientos políticos, sociales o económicos y también aspectos de la vida cotidiana, el desarrollo del pueblo o la ciudad, las herramientas e instrumentos utilizados en el trabajo o la casa. Los alumnos deben registrar la información en su cuaderno o, si es posible, grabarla para, posteriormente, analizarla con detenimiento.
Al analizar los testimonios orales es muy importante tomar en cuenta que los relatos de algunos adultos no siempre coinciden con los de otros y que las diversas interpretaciones se deben a que cada persona o grupo tiene diferentes valores, intereses o información con respecto a determinados hechos o procesos históricos.

Un recurso útil para ilustrar la forma en la que se elaboran las explicaciones sobre el pasado es la utilización de documentos en la clase. Sin embargo, los documentos no se entienden por sí mismos; salvo excepciones, su comprensión requiere conocer el contexto, la época, los motivos que llevaron a producirlo. Ocasionalmente convendrá que, para ilustrar distintas épocas, el maestro seleccione pasajes de documentos históricos (proclamas, manifiestos, cartas, e inclusive, artículos de constituciones) o narraciones de testigos de los acontecimientos. El maestro mismo debe esforzarse por conocer este tipo de documentos. El libro de texto contiene fragmentos de textos históricos que deben ser aprovechados. La Antología de historia de México puede prestar ayuda eficaz para esta tarea.
Reconociendo lo anterior, resulta ahora necesario adentrarnos en el análisis del papel que el maestro debe desempeñar en la enseñanza de la historia para que ésta cumpla los propósitos que se enuncian en el enfoque del programa de esta asignatura.
Primeramente, el maestro debe conocer los fundamentos de la enseñanza de la historia. Resultaría ilógico pretender que un maestro cumpla con ciertos propósitos en los niños, si él mismo no está plenamente convencido de por qué es importante alcanzar estos objetivos. Podemos hablar entonces de una primera actitud del maestro: el reconocimiento de la importancia de su papel. Partiendo de ese reconocimiento el maestro ha de considerar todas aquellas dificultades a las que habrá de enfrentarse en el desempeño de su labor y que le exigirán además una actitud de responsabilidad.
Una de las principales dificultades que conlleva la enseñanza de la historia es la relación que existe entre las características del pensamiento infantil y el dominio conceptual del tiempo de los acontecimientos históricos.
La historia no sólo se encarga del estudio del pasado, sino que analiza los cambios  producidos en la sociedad a través del tiempo. Según el autor Ignacio Pozo, el tiempo histórico hace referencia a hechos muy distantes a los que no nos fue posible asistir, que tienen una escasa o nula relación con nuestra persona, hace referencia a conceptos abstractos y sucesos de carácter colectivo.
Por otra parte, en el análisis de las características del pensamiento infantil identificamos como principal la necesidad de manipular materiales concretos para poder construir nuevos conceptos a través de su propia experiencia. Además, para que el aprendizaje sea significativo en el educando debe cobrar sentido en su vida, ya que el niño vive centrado en la realidad que lo rodea y tiene una especial dificultad para concebir los cambios sociales.
No sólo es importante que el maestro identifique estos elementos que forman parte de la enseñanza de la historia, sino que además en el contraste de los mismos, logre diseñar estrategias que en las que se confronten estas dificultades  y elabore propuestas pertinentes que impacten realmente en el aprendizaje de los niños.
Aunada a estas dificultades encontramos otra en especial, que es que la sociedad en general no reconozca la historia como uno de los aprendizajes fundamentales  que intervienen en el proceso de formación de las personas. De manera que los padres de familia muestran una especial preocupación por que los niños aprendan a leer,  escribir y llevar a cabo las operaciones matemáticas básicas y no otorgan la misma atención al aprendizaje de la historia.
De lo anterior podemos observar otra actitud necesaria en el maestro: el compromiso. Con esto no sólo se hace referencia al reconocimiento de las dificultades, sino a la obligación de corresponder a estas exigencias, de ahí que el maestro realmente debe comprometerse con la asignatura y estar totalmente informado de los recursos de los que puede valerse para su enseñanza y capacitado para utilizarlos debidamente.
Uno de los principales compromisos del maestro ha de ser la organización adecuada del tiempo, que le permita dedicarle con efectividad 
BIBLOGRAFIA
Caso, Alfonso. Sólo entendiendo la historia de México, podemos entender qué es México. 1944
Luis Chavez Orozco, “dar al educando una comprensión de los ideales y valores de su tiempo y de su país, y, por los mismo de qué papel juega en el mundo como hombre y ciudadano”. (1944)
SEC. Libro de hsitoria del maestro de 4°.

INTEGRANTES DEL EQUIPO:
Martín Alfonso Salomón Valencia
Ángela Córdova Villegas
Miriam Lorena Peña Abril
José Ángel Bernal Fuentes
Ruth María Corrales Quihui
Sergio Robles Villa
Julio César Figueroa
Francisca Monserrat Díaz Olguín

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